Como país, España se enfrenta al significativo desafío de garantizar que todo su territorio esté cubierto por un acceso rápido y confiable a Internet para 2025. Sin embargo, la realidad es que todavía existen «puntos negros» en las zonas rurales que obstaculizan el funcionamiento completo de los sectores económicos, principalmente en el ámbito agrícola, impidiendo el avance hacia una completa digitalización.
Ejemplo significativo es Laura Polo, una productora de huevos en Alba de Cerrato (Palencia), que se ha visto en la imposibilidad de crear una página web para impulsar su negocio, debido a las limitaciones de acceso a la red. A pesar de la fibra óptica instalada en su localidad, su explotación agrícola queda fuera de cobertura.
De manera similar, Silvia González, una productora de cereal en Palencia, experimenta problemas con el GPS de sus tractores debido a la inconsistente señal de internet. Estos no son casos aislados. En 2022, solo el 70% de las viviendas y empresas en áreas rurales de España podían acceder a la banda ancha fija de al menos 100 megas, por debajo del promedio nacional del 90%.
A pesar de estos obstáculos, la industria agrícola española no está perdiendo la esperanza y está buscando activamente soluciones que les permitan capitalizar las ventajas de la digitalización. Uno de los enfoques adoptados es el desarrollo de herramientas de recopilación de datos que funcionan «offline», una estrategia seguida por organizaciones como Cooperativas Agroalimentarias de España, que ha permitido recopilar datos sobre prácticas como el uso de fertilizantes y el riego, almacenarlos y luego enviarlos a la administración pública cuando haya cobertura.
El acceso a la fibra o a la cobertura móvil 4G se ha vuelto esencial para los negocios rurales en regiones como el Valle de los Pedroches (Córdoba), donde la mayoría de las explotaciones lecheras de Covap tienen conexión a internet. Allí incluso han recurrido a soluciones innovadoras como el servicio de internet satelital diseñado por la empresa SpaceX de Elon Musk.
Las inversiones públicas también desempeñan un papel crucial en esta transición. A través de los fondos europeos de recuperación, el gobierno español ha invertido más de 1.150 millones de euros desde 2018 para ampliar la cobertura de fibra, objetivo que pretende alcanzar al 95,75 % de los hogares y empresas para finales de año.
La posibilidad de un acceso a internet de banda ancha en las zonas rurales representa un cambio significativo para el sector agrícola y puede ser el impulso que permita atraer a jóvenes al sector. Sin embargo, a pesar de estos avances, todavía queda un trecho por recorrer para cerrar completamente la brecha digital en las zonas rurales de España. Pero con resiliencia, adaptaciones y nuevas tecnologías, la industria agraria esta dispuesta a superar los desafíos.
